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jueves, 8 de mayo de 2014

El Elíseo también baila guaguancó

A pesar que no es la primera visita reciente de funcionarios de la Cancillería Francesa, con la reciente visita a Cuba de Fleur Pellerin, Secretaria de Estado de Comercio y Turismo y la primera visita de un Canciller francés a Cuba desde hace tres décadas, se evidencia la clara intención del Gobierno Francés de reforzar (o mejor dicho reconstruir) la relación un tanto pérdida que Europa tiene, a excepción de España, con Cuba.

Francia actualmente está funcionando como punta de lanza de una Europa interesada en Cuba como mercado virgen a merced de socios económicos como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y Venezuela principalmente, con los cuales La Habana mantiene excelentes relaciones diplomáticas.

Por ello el Gobierno de Hollande, no ha dudado en resaltar los vínculos culturales franco-cubanos y la presencia comercial que actualmente Francia mantiene en La Habana. Desde el punto de vista cultural, la Alianza Francesa de Cuba mantiene aproximadamente 10000 estudiantes repartidos en La Habana y Santiago de Cuba y el Festival de Cine Francés de La Habana es el segundo más importante a nivel mundial.

Este año, la invitación de honor a Francia en la Feria Internacional del Turismo en La Habana, constituye una apuesta a potenciar el turismo francés, el cual constituye el sexto país emisor de turismo a Cuba. La participación de Fleur Pellerin, confirma el inicio de una voluntad mutua entre los dos gobiernos. Además no se puede olvidar los vínculos comerciales existentes. La francesa Pernord Ricard es la encargada de comercializar internacionalmente el Ron Havana Club con más de 4 millones de cajas vendidas mundialmente.

Pero lo interesante para Francia es lo que está por venir, apuesta a una Cuba abierta al mundo, con ansias de inversión extranjera y con un gobierno dando pasos para reestructurar la economía a fin de reinsertarse con paso firme en el comercio internacional. El General Presidente tiene claro que es necesario buscar capital foráneo como uno de los principales estímulos para reanimar la economía cubana, teniendo en cuenta además la posición del archipiélago como llave de entrada al Golfo y las Américas.

Con la eliminación de una Posición Común un tanto impertinente, Francia y la Unión Europea han tomado nota de los pasos alentadores del gobierno de Raúl Castro y han decidido comenzar la carrera sin esperar (muy acertadamente) a los Estados Unidos,  autoexcluido del juego a pesar de su inmensa cercanía, debido a su política hostil hacia la vecina Cuba.

Según diplomáticos occidentales citados por varias agencias de prensa, a finales del 2013 una delegación del Club de París visitó la capital cubana con el objetivo de participar en reuniones con altos dirigentes antillanos en el campo de la economía a fin de valorar propuestas cubanas para llegar a arreglos con respecto a la deuda externa de la isla. Esto permitiría la disponibilidad de Cuba para nuevos créditos, una reducción de las deudas preexistentes y la reputación mejorada de Cuba en el cumplimiento de las obligaciones financieras internacionales.

No es de extrañar por lo tanto, que Francia decida tomarle incluso la delantera a una parsimoniosa España como primer socio comercial europeo con Cuba, y asegurarse un puesto primordial en la Cuba que está por venir, una Cuba del siglo XXI.

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